ALBIS
La respiración está agitada y la visión casi nublada, recorro en desespero las calles abandonadas de este pueblo vacío y secreto. Solo sombras atesoro en las ventanas, personas que me ven en silencio, mientras corro con miedo. La calle solo posee un faro y es lo único que alumbra la vista. Huyo porque no se donde estoy ni como llegué, mi respiración es una agonía. La oscuridad parece tragar mis pasos poco a poco y escucho una carcajada atrás de mis espaldas parece que me quiere devorar y solo corro a zancadas. De repente las sombras de las personas en las ventanas empiezan a golpear con fuerza las mismas y con uñas largas y podridas empiezan a raspar. Me detengo un momento a observar el espectáculo sombrío y grotesco, veo que las sombras de la ventanas empiezan a gritar con fuerza y desgarro un ruido extraño. Cuando de sus bocas solo sale ruido blanco como si fueran televisores dañados y sus ojos empiezan agrandarse hasta tomar la forma de las ventanas y de repente la carcajada que me